Debido a una investigación que se está llevando a cabo sobre la presencia de protozoos en secreciones pulmonares de pacientes hospitalizados de un hospital del norte de Perú, nos hemos preguntado ¿Cómo es posible la llegada a las vías respiratorias y cuál es el reservorio de estos protozoos?. Se ha observado que la frecuencia de infecciones broncopulmonares en pacientes inmunodeprimidos a causa de protozoos se ha incrementado en los últimos años1. La existencia de protozoos flagelados en las vías respiratorias podrían ser un indicador de contaminación y ser de importancia en la salud hospitalaria2. Un ejemplo de ello es Lophomonas blattarum un protozoo multiflagelado3 que tiene como hábitat natural el intestino posterior de cucarachas4. Estos insectos (Blatella germánica y Periplaneta americana) se consideran como vectores de protozoos patógenos para humanos como por ejemplo: Entamoeba, Toxoplasma, Cryptosporidium etc., estos cumplen un papel en el metabolismo de las cucarachas5. Mediante sus heces, termitas y cucarachas pueden expulsar los parabasalidos (clase de protista flagelado), en condiciones ambientales desfavorables pueden formar quistes a manera de protección, que en condiciones adecuadas como el que presentan las vías respiratorias pueden ser liberados a través de la excistación (producción un trofozoíto desde la etapa de quiste), los quistes pueden diseminarse fácilmente por el aire o por el suelo, y la inhalación de quistes de protozoos por parte de seres humanos es posible6. En la mayoría de los casos reportados en China, Perú, Irán y otros países1,7–9. es una situación clínica subyacente a estados de inmunidad suprimida (SIDA, trasplantes, hemopatías malignas, corticoterapia, etc.)1.
Aunque la infección por L. blattarum es rara, puede afectar también el tracto genitourinario10 e incluye síntomas inespecíficos, como fiebre, tos y disnea11. Lophomonas blattarum, ha estado involucrado en infecciones pulmonares en receptores de trasplantes1. Estos casos sugieren que los receptores de trasplantes de órganos podrían ser vulnerables a la infección por L. blattarum7. También Lophomonas sp. fue encontrado en el tracto respiratorio inferior de niños atendidos en el centro de referencia nacional de enfermedades pediátricas de Lima, Perú, en el período 2009-201012 y en la ciudad de Chiclayo, Perú en muestras de pacientes hospitalizados8. Se encontró también Lophomonas sp. en 4/23 muestras de lavado broncoalveolar y en 2/794 de aspirado traqueal, de estos, cuatro niños provenían de la Unidad de Cuidados Intensivos, uno del servicio de cardiología y el otro del servicio de medicina, todos presentaron enfermedad pulmonar grave y cinco presentaron neumonía12.
El diagnóstico se basa en la identificación de formas de protozoos al fresco o teñidos en muestras frescas de secreciones respiratorias (lavado broncoalveolar y aspirado traqueal)11,13. Se ha comunicado que la frecuencia de encontrar este protozoo es mayor en lavado broncoalveolar mediante observación directa al microscopio13–15. Solo se han reportado 137 casos en la literatura entre 1993-2013, se están llevando a cabo estudios de prevalencia y su medio de ingreso hacia las vías respiratorias en pacientes inmunodeprimidos16. En los últimos años se ha desarrollado un método molecular para su diagnóstico17.
Las cucarachas de diferentes especies son consideradas plagas dado que albergan y transportan virus, bacterias, hongos, protozoos y helmintos, sumado a sus hábitos alimenticios, y su condición ubicua que indican su potencial riesgo para la salud pública. El único lugar donde se encuentra en estudios anteriores la presencia de Lophomonas sp. hace sospechar que el aislamiento y reporte de casos de infección por Lophomonas en hospitales es la contaminación por deficiencias en la higiene de ambientes, en los sistemas de ventilación ambiental y mal almacenamiento del material de uso médico, que está en contacto con partes claves para la infección de pacientes, como vías respiratorias altas y bajas. Es necesaria su comprobación por medio de más estudios de su infección en pacientes hospitalizados e inmunodeprimidos para determinar la incidencia, así como comparar los sistemas de higiene en hospitales con presencia y ausencia de este protozoo y de cucarachas en espacios hospitalarios, implementar programas de control epidemiológico de estos insectos y el desarrollo de pruebas de laboratorio que permitan identificar de forma rápida este protozoo evitando su confusión con otros microorganismos que tienen similitud con Lophomonas.